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La historia de la lectura del rostro china (Face Reading)

Actualizado: hace 20 horas

El Face Reading no es en absoluto un invento moderno, sino una capacidad con la que nacemos. Desde el momento en que llegamos al mundo, leemos en los rostros de nuestros padres y de otras personas de referencia.


¿Sabías que los 43 músculos de nuestro rostro, implicados en la expresión facial, pueden crear más de 10.000 expresiones, cada una con un significado diferente?


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En nuestro cerebro existe incluso una región específica dedicada exclusivamente a interpretar expresiones faciales y clasificar rostros: el "Área Fusiforme Facial (FFA)".






Tabla de contenidos



Lectura del rostro: toda persona lo domina


En esencia, nacemos siendo lectores del rostro. Como bebés, no tenemos otra opción que interpretar continuamente las expresiones faciales de quienes nos rodean, ya que aún no comprendemos el lenguaje. Cada uno de nosotros posee una capacidad natural para comunicarnos a través de nuestra expresión facial.


A medida que aprendemos nuestra lengua materna y recibimos las primeras influencias sociales, vamos perdiendo esta capacidad intuitiva del Face Reading. Cuanto más crecemos, más atención prestamos a la mente racional. A menudo, nuestra intuición y nuestras emociones pasan a un segundo plano.



Al principio fue el Face Reading


Si miramos hacia la historia de la humanidad, descubrimos que nuestros antepasados sobrevivieron miles de años sin lenguaje. ¿Cómo se comunicaban entonces? Muy sencillo: utilizaban el Face Reading.


Al mirarse a la cara, podían reconocer las intenciones y el estado emocional del otro. Era esencial identificar en poco tiempo si alguien parecía enfermo, enfadado, triste, alegre o enamorado.


Qué tiene que ver el "Área Fusiforme Facial (FFA)" con la lectura del rostro


La interpretación de expresiones faciales (mímica) y la distinción de emociones se procesan principalmente en distintas áreas del cerebro, entre ellas el sistema límbico —especialmente la amígdala— y regiones de la corteza cerebral como el Área Fusiforme Facial (FFA).


Con el paso de los milenios, apareció el lenguaje y se desarrolló gradualmente junto a la comunicación basada en la mímica que predominó durante tanto tiempo. Este proceso impulsó el progreso lingüístico y aumentó la importancia del lenguaje, influyendo no solo en nuestra forma de expresarnos, sino también en nuestra capacidad de leer rostros. Esta evolución hizo que nuestra precisión para interpretar la mímica fuese disminuyendo. Estudios muestran que hoy la capacidad media de reconocimiento de expresiones se sitúa en tan solo un 60%.


Solo unos 35.000 años después, las antiguas civilizaciones comenzaron a recordar este conocimiento original. Empezaron a interpretar rostros de forma sistemática y a registrar sus hallazgos por escrito. En China, el Face Reading se desarrolló tanto que fue refinado continuamente y enseñado en escuelas —y sigue enseñándose hoy— no como una técnica superficial, sino como un conocimiento serio y profundo.

Cómo es el estado actual de la ciencia sobre este tema lo descubrirás más abajo.


Lectura del rostro “Siang Mien” o “Mian Xiang”


Si ya te has interesado por el Face Reading, quizá te hayas encontrado con los términos "Siang Mien" o "xiāng miàn" (面相). Ambos se refieren a la lectura del rostro en la tradición china. "Xiāng miàn" significa literalmente "leer el rostro" o "analizar el rostro". Como "Siang Mien" es una transcripción occidental, no existe una escritura uniforme en caracteres chinos y, de hecho, no se utiliza de manera habitual en China.

"Mien" significa "rostro" y se escribe 面 (miàn) o 面貌 (miànmào). — "Siang" significa "leer" o "interpretar" y se escribe 相 (xiāng).

El origen exacto del Face Reading chino no puede datarse con precisión, aunque se estima que tiene más de 3.000 años.



Confucio


El gran filósofo Confucio vivió entre los años 551 y 479 a. C. Para entonces, la ciencia del Face Reading chino Siang Mien ya estaba altamente desarrollada. Durante generaciones, el arte de leer rostros se mantuvo como un secreto estricto, transmitido únicamente del maestro al discípulo.

Un niño no puede hacer nada por su rostro; un adulto, en cambio, es responsable de su apariencia. — Confucio

El emperador y su miedo a la lectura del rostro


En esa misma época, las enseñanzas del Face Reading fueron recopiladas en los libros de Siang Mien. Para el emperador Qin Shi Huang Di | 秦始皇帝, conocido como el “Primer Divino Emperador de Qin”, estos libros eran un peligro.


Nadie debía ser capaz de desenmascarar al emperador —a través del Face Reading— como el tirano despiadado y astuto que era. Por ello, ordenó quemar innumerables escritos de la época de Confucio. Esto demuestra el enorme impacto que la lectura del rostro tenía en los gobernantes de la antigua China.


En el año 221 a. C., Qin Shi Huang Di gobernó el Imperio Central. Procedía del reino de Qin, que desde el 288 a. C. era considerado uno de los más grandes y prósperos de China.


Engaño pictórico deliberado


El emperador Qin Shi Huang también evitó la tradición de la época de dejarse retratar por un pintor de la corte. Su miedo a que alguien pudiera reconocer su verdadero carácter era demasiado grande.


En lugar de ello, dio instrucciones precisas para que se elaborara una imagen completamente distinta de él. En ese retrato se plasmaron todos los rasgos faciales considerados auspiciosos, con el fin de sugerir bondad y benevolencia a sus súbditos.

Tras su muerte, se construyó para Qin Shi Huang Di uno de los mausoleos más grandes de China, hogar del mundialmente famoso ejército de terracota compuesto por miles de figuras. Lo interesante es que cada estatua posee rasgos faciales individuales.


La quema de los libros de Face Reading provocó que gran parte del conocimiento existente sobre Siang Mien solo pudiera transmitirse de forma oral. Este saber fue enriquecido más tarde por los maestros de Siang Mien, quienes viajaron por el mundo para estudiar los rostros de otras culturas.


La lectura del rostro en otras culturas


Aunque China tiene la tradición más larga en Face Reading, no se trata de una ciencia exclusivamente asiática. También en nuestra cultura la lectura del rostro era conocida. En la Edad Media, sin embargo, la Iglesia calificó estos textos como brujería y magia, y los destruyó en el fuego.


En las antiguas escrituras egipcias, los jeroglíficos, también se menciona el Face Reading. Por ejemplo, aparece un lector del rostro interpretando el semblante del faraón. Muchas otras culturas, incluida Sudamérica, utilizaban el Face Reading para obtener información a partir del rostro humano.


Los griegos se centraron en la diagnosis facial, que buscaba descifrar cuestiones relacionadas con la salud. En India también existe una historia milenaria del Face Reading.


Subdisciplinas de la lectura del rostro


  • Diagnóstico facial: también llamado “sonnerschau”, es el estudio de los signos de enfermedad visibles en el rostro.

  • Fisiognomía: se ocupa de los rasgos de personalidad y carácter de una persona.

  • Resonancia facial (Mimikresonanz): aquí se leen las emociones del otro mediante la observación de la mímica.

  • Lectura del rostro: técnica de Sudamérica centrada en descifrar señales relacionadas con el amor.


Hipócrates – fundador de la patofisiognomía


Hipócrates, que vivió entre 460 y 375 a. C., es considerado el fundador de la patofisiognomía.


El término griego se compone de:

«pathos» = sufrimiento

«physis» = cuerpo

«gnome» = signo o indicación


Hipócrates se preguntaba cómo se relaciona la apariencia exterior de una persona con sus procesos internos. Observaba a los seres humanos con profundo aprecio y buscaba las conexiones que finalmente formaron la base de la patofisiognomía.


Aristóteles y Galeno – primeros Face Reader


Aristóteles (384–322 a. C.) y Platón (427–347 a. C.) poseían un conocimiento profundo de la naturaleza humana. De esta época provienen numerosos escritos que exploran la relación entre la apariencia externa y la personalidad.


500 años más tarde, Galeno (129–210 d. C.) retomó la fisiognomía de Aristóteles. Como médico practicante, este conocimiento le resultó especialmente útil.


Fisiognomía – una forma de lectura del rostro


«physis» = cuerpo

«gnomikos» = capaz de evaluar


A través de los griegos y los romanos, el Face Reading fue llegando cada vez más a nuestro entorno cultural.


En la Edad Media, figuras como Hildegarda de Bingen (1098–1197) y Paracelso (1453–1541) afirmaban que los estados internos del cuerpo se reflejaban en el exterior. El conocido dicho “los ojos son la puerta del alma” proviene de Hildegarda de Bingen.


Giambattista della Porta (1535–1615), en su obra De Humana Physiognomonia, partía de la idea de que existe una estrecha relación entre el alma y el cuerpo, visible en los órganos y rasgos externos. Su enfoque integral sobre el ser humano y el animal se considera hoy un pilar fundamental del desarrollo de la fisiognomía y la diagnosis facial.


La lectura del rostro en el Renacimiento


Durante el Renacimiento, artistas como Raffaello Santi, Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo da Vinci realizaron extensos estudios sobre la fisonomía humana.


Con la llegada de la época del Romanticismo, la fisiognomía ganó popularidad en Europa y despertó el interés de jóvenes científicos naturales. También en el mundo del arte se avivó la fascinación por este tema. Sin embargo, cuanto mayor era la admiración por la fisiognomía, mayor era también la crítica.


Lavater y la fisiognomía


El carismático pastor Johann Caspar Lavater (1741–1801) fue una figura influyente en su tiempo. Entre sus amistades se encontraban eruditos, estadistas, escritores, príncipes, médicos y artistas. Su enfoque centrado en el amor al prójimo aportó una nueva dimensión a la fisiognomía.


Con su obra “Fragmentos fisiognómicos para promover el conocimiento del ser humano y el amor al prójimo”desencadenó un auténtico entusiasmo.


Lavater era considerado un “fisiognomista emocional” y valoraba enormemente la observación precisa, la percepción analítica, el pensamiento comparativo y lógico, así como la memoria.

Lectura del rostro y Goethe


Otro conocido defensor de la fisiognomía fue Johann Wolfgang von Goethe (1749–1832), aunque al principio era considerado un crítico. Más tarde llegó incluso a completar la obra de cuatro volúmenes Fragmentos fisiognómicos para promover el conocimiento del ser humano y el amor al prójimo de Johann Caspar Lavater.

Una cita famosa de Goethe: “El interior de una persona se revela en su exterior”.

Otros defensores destacados de la fisiognomía fueron los filósofos Leibnitz, Kant, Schopenhauer y Schelling, el canciller de Estado von Hardenberg, así como el médico y poeta Friedrich Schiller. En los círculos académicos de la época, la fisiognomía fue un tema que se debatió intensamente.


Franz Josef Gall y su tesis errónea


Debido al médico e investigador Franz Josef Gall (1758–1828), la fisiognomía cayó en descrédito. Gall asumía erróneamente que era posible reconocer a los criminales por la forma de su cráneo. Antes de ello, había investigado intensamente la relación entre el comportamiento de los asesinos, su constitución corporal y su anatomía.


Pequeño excurso: En los años 20 y 30 del siglo XX, doctrinas paracientíficas de este tipo volvieron a encontrar terreno fértil, antes de ser reemplazadas por la genética en la época del nacionalsocialismo. Durante mucho tiempo, la eugenesia, la “higiene racial” y la teoría de la herencia se convirtieron en las disciplinas rectoras del pensamiento racista.


Carl Gustav Carus y la proporción áurea


El médico de Dresde Carl Gustav Carus (1789–1869) facilitó la enseñanza de la fisiognomía al desarrollar el concepto de la proporción áurea. Se basaba en la simbología del cuerpo humano e incorporaba las proporciones corporales en sus observaciones fisiognómicas.


Schüßler y la Sonnerschau


Wilhelm Heinrich Schüßler (1821–1898) desarrolló fuera de la medicina académica su propia forma de terapia. Poseía un vasto conocimiento sobre el análisis del rostro, también llamado Sonnerschau.

En más de 30 extensos libros dejó claro que el rostro puede mostrar qué necesidades de minerales tiene el cuerpo. Su obra principal es “Menschenkenntnis, Körperformen und Gesichtsausdruckskunde”. Hoy en día, las sales de Schüßler siguen muy extendidas en la homeopatía.


Huter – Fundador de la Psicofisiognomía


En la misma época, Carl Heinrich Conrad Huter (1861–1912) dedicó su vida al estudio de la fisiognomía. El fundador de la psicofisiognomía desarrolló por primera vez un sistema aprendible y una estructura clara que se sigue utilizando hoy.


La psicofisiognomía sostiene que, según la forma del cuerpo y las zonas de expresión del rostro, las personas poseen determinados rasgos de carácter. Las arrugas, por ejemplo, indican el estilo de vida y las emociones experimentadas con frecuencia. Huter prestó especial atención a la formación del brillo, así como a diferentes matices y decoloraciones en el rostro.


Face Reading y la ciencia actual


El Instituto Neuhaus de Face Reading, junto con un socio interdisciplinar de investigación en psicología y neurociencia, ha puesto en marcha el primer estudio piloto que investiga si los patrones de personalidad realmente se reflejan en el rostro.


Me alegra profundamente que estemos dando este importante paso hacia una mayor transparencia científica y una comprensión más profunda de cómo la percepción y la personalidad están conectadas.


Así unimos lo que durante mucho tiempo estuvo separado: el arte intuitivo de la percepción y el lenguaje de la ciencia moderna.


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